Repetir los nombres de las divinidades es una forma elemental de la plegaria.
(Alfonso Reyes)
En su ensayo Atenea Política, de 1932, Alfonso Reyes habla de la asimilación del pasado para asegurar el presente. La tradición, la cultura, asimilados y comprendidos en la construcción de sociedades de la Memoria. Pero de una Memoria activa y fluyente, prospectiva y discreta.
Los proyectos políticos que abarcan mayor cantidad de historia, de tradición y de cultura son más tolerantes y favorecen la libertad individual y la educación en los valores y en la prosecución de la verdad y la belleza.
Son los valores de la polis. La polis arquetípica, presidida por la diosa Atenea, la deidad más radiante del panteón griego, de peplo rozagante, que lleva la Égida, como el padre Zeus.
Alfonso Reyes desgrana al final del ensayo algunos de los muchos nombres de la ojiglauca: Polías o política, Sthenias o poderosa, Areia o guerrera, Promacos, campeadora... pero también Ergane o industriosa, Kourótrofos o nutricia y Bouleia, la que se sienta en el consejo y pone en el pecho de los héroes la prudencia y el valor.
Diosa de los inteligentes. Diosa de la ciudad. Diosa de la Polis. Atenea Política.
Foto: Atenea en el Museo de Antropología de la Ciudad de México. (MGE)